1 de junio de 2013

Un lápiz para "Sherlock Holmes"

Foto: graphic planet

Siempre nos gustó leer las aventuras de Sherlock Holmes y su inseparable amigo el Doctor Watson, pero desde que descubrimos que en una de ellas aparece un lapicero dentro de la trama, hemos empezado a releer sus aventuras con renovada ilusión, si cabe, aunque esta vez, por unos motivos u otros, en inglés.

A continuación vamos a reproducir varios extractos de "The Adventure of the Three Students", donde de manera explícita se hace referencia a un lápiz de marca muy conocida y que, en un principio, habría de ser una de las pistas más relevantes para la resolución del caso. Esta valiosa conexión entre los lápices y la literatura nos permitirá presentar en imágenes todos los ejemplares de la marca citada que a día de hoy tenemos en Pencilvania.  

Lamentablemente, y a pesar de la rigurosa descripción dada por Mr. Holmes, parece ser que todavía no hemos conseguido dar con él... . 

 La trama se sitúa en el "College of St. Luke's", en una ciudad universitaria de Inglaterra. Nos hallamos en 1895 y como viene siendo habitual Sherlock Holmes y su ayudante el Dr. Watson son requeridos para ayudar a resolver un enigma. El original de un examen de traducción de griego ha sido consultado y copiado clandestinamente antes de la fecha oficial. En el despacho de Mr. Hilton Soames, el profesor de griego, el sospechoso ha dejado rastros suficientes para que la inteligencia extraordinaria de Sherlock Holmes pueda dar con él. El ayudante del señor Soames, Bannister, y tres estudiantes que residen en los pisos superiores se ven implicados en el caso, y también... un lápiz:


En la observación detallada de las tiras de madera dejadas por el sospechoso al sacar punta al lápiz, así como del trozo de mina que también cayó, Sherlock Holmes es capaz de sacar las siguientes deducciones:
 
 Después de estas primeras conclusiones, el sagaz Sherlock Holmes continúa "sacando punta" a las pistas dejadas por el furtivo ante el asombro de sus colegas:

Finalmente concluye Sherlock que se trata de un lápiz de la marca "Johann Faber", una de las marcas más conocidas de la época. Además, la usual colocación del nombre y apellido del fabricante sobre la superficie del lapicero también le permite obtener información sobre la longitud del mismo. Con tal cantidad de información, la primera línea de resolución del asunto parece girar en torno a este especial lápiz, de ahí que después de la inspección del despacho, Mr. Holmes y el Dr. Watson continuen sus pesquisas en las papelerías de la ciudad:

Sin embargo, dado el tamaño del singular lapicero, la investigación se orientará posteriormente en base a otras pistas, ya que en las papelerías no tenían dicho lapiz en stock para posibilitar una resolución rápida del asunto, tal y como se le había encargado en un principio al fenomenal Holmes.

En el resto del relato ya no vuelve a aparecer ese lápiz "Johann Faber" de tamaño inusual, y el caso es resuelto satisfactoriamente y a tiempo gracias a otras pistas y a la consabida astucia e inteligencia del detective privado más famoso de la historia.

Ahora, a buscar el lápiz:
 En otros post ya hemos hablado de la ilustre saga de maestros lapiceros "Faber", véase Faber: Una caja con algunos secretos. Los más familiarizados con la historia recordaran que en la cuarta generación de este linaje tuvo lugar la división de la producción entre la línea "oficial", representada por Lothar von Faber, y sus dos hermanos: Johann y el pequeño Eberhard. Cada uno de ellos aprovechó los valiosos conocimientos y experiencias directas para, junto con sus hijos, continuar en el negocio de manera independiente. Más lápices y seguimos con la historia:
Johann Faber había sido jefe de producción en la empresa familiar desde 1847. En 1876 se retira del negocio, pero dos años más tarde abre una factoría propia en Nuremberg junto con sus hijos, expandiendo rápidamente sucursales por toda Europa (París, Londres...) y más tarde por Estados Unidos (New York) y otros países americanos (Argentina y Brasil fundamentalmente). Sin embargo, la independencia no fue fácil... Otros más y seguimos:
 En 1883 los hermanos Lothar y Johann Faber se ven litigando en los tribunales. El primero, representante de la "línea oficial" trata de monopolizar el apellido "Faber", pero finalmente el litigio se decanta en favor de Johann, reconociéndosele legitimidad para usar también su apellido como marca comercial. La distinción entre A.W Faber y Johann o Eberhard Faber hubo de ingeniarse a través de  otros medios más sutiles. Aquí va un ejemplo:
Foto: ebay.com
Pero Johann Faber acabó por hacerse su hueco y prestigio en el mercado de los lápices y otros artículos de oficina. "The Adventure of the Three Students" de Sir Arthur Conan Doyle está datado en 1905, y el mismo autor habla de esta marca como la más común de entre los fabricantes de lápices. Está claro que es una obra de ficción, pero no deja de ser significativo que se mente explícitamente la marca y su posición en el mercado. Más "Johannes":

 Sin embargo, al final, en los primeros años de la década de 1930, la ya conocida como "Faber-Castell" se hizo con el control de la Johann Faber. Y más tarde lo haría con la Eberhard... . Después de poco más de cien años, todos los "Faber" vuelven a estar "unidos". Aquí van los últimos de la colección, "pencilholder" incluido:
Nada más por esta vez, hemos podido disfrutar de una anécdota literaria muy interesante para los que nos dedicamos al coleccionismo de lápices de la mano del mismísimo... Sherlock Holmes. Por cierto, nos parece que el "Johann Faber" descrito en el relato no se encuentra entre los lápices mostrados. 

Seguiremos buscando. ¡Hasta la próxima!



1 comentario:

Anónimo dijo...

It could be a good reading book for summer time!! I'll try to find it. Thanks